El local de 70 m2 comprende un volumen central que conduce a través de arcos de piedra a los espacios anexos, todos con techos abovedados. Desde el principio se tomó la decisión de conservar estos elementos para resaltar la autenticidad del espacio y hacer una transición discreta del antiguo almacén a este nuevo «almacén de vino». También se ha respetado la estética de las construcciones típicas del barrio histórico del Born, manteniendo suelos, paredes y techos de piedra, que han sido limpiados y restaurados.
El toque contemporáneo viene con la iluminación y el mobiliario hecho a medida que incluye acabados barnizados brillantes. La combinación de colores combina diferentes verdes y azules, varias tonalidades de las aguas a las que hace referencia el nombre del local: la mesa central está barnizada en verde turquesa, las sillas y taburetes en verde esmeralda y las cortinas en verde musgo.
El contrapunto entre los elementos existentes y las características de diseño contemporáneo, entre las superficies mate de las paredes y el techo, y el barniz brillante de los accesorios, constituye la característica sobresaliente del proyecto, ya que crea una atmósfera coherente en relación con la nueva identidad de la marca. . Entre los muebles y herrajes, la mesa central, los taburetes y la lámpara son diseños originales del Estudio Rodrigo Izquierdo para Agüita.
El tablero de la mesa está formado por baldosas rectangulares dispuestas siguiendo un patrón geométrico, y las patas están formadas por láminas de malla perforada que, según el ángulo desde el que se mire, crea un efecto muaré; los taburetes de la zona del salón, con su estética industrial y su madera maciza barnizada, recuerdan a tapones de botellas; y la lámpara, formada por dos elementos suspendidos simétricos y una disposición alterna de esferas de luz, evoca las moléculas del vino.