Situado en un antiguo convento del siglo XV, el Four Seasons Hotel Milano abrió sus puertas por primera vez en 1993. Hoy el hotel revela la emocionante renovación de su lobby, restaurante, bar y querido jardín. Estos espacios renovados equilibran ingeniosamente un estilo nuevo y fresco al tiempo que preservan el encanto atemporal y la belleza sofisticada del hotel.
El objetivo principal era renovar el espacio respetando la historia del hotel y al mismo tiempo entrar en un diálogo con el contexto urbano de Milán. El desafío era reinterpretar el espacio con una lente contemporánea y acentuar la herencia del edificio, expresada en los frescos que aún hoy adornan el claustro.
El proyecto se centra en el lobby con un bar de destino exclusivo, la zona de entrada y recepción, la Sala Camino con un rincón de degustación de vinos y el nuevo restaurante Zelo con cenas al aire libre en la terraza con toldo a medida. El jardín también alberga un nuevo bar crudo, donde los huéspedes pueden disfrutar de deliciosas comidas y refrescos (o bebidas) en las largas noches de verano acompañados por la música de un DJ residente. Los colores neutros y claros interactúan con los frescos originales y elementos de época del antiguo convento, mientras que las paredes se han enriquecido con inserciones de bronce y espejos. Las telas y los biombos crean una atmósfera íntima y elegante, mientras que el techo único con inserciones rectangulares crea un marco dentro de un marco, otorgando instantáneamente al espacio una identidad atemporal y reconocible.
La intervención y el objetivo del paisajista fue celebrar la historia de las plantas y árboles que ya formaban parte del jardín del patio central y subrayar la imagen histórica de este oasis urbano convirtiéndose en un jardín para sentir y experimentar en persona.
