Villa Can Ressol en Ibiza se publicó en la revista Elle Decor España, n.206 en Julio-Agosto 2022
El proyecto fue realizado por el estudio Rodrigo Izquierdo Design Studio.
LA OTRA IBIZA
FOTOS: VALENTINA SOMMARIVA. ESTILISMO: GIULIA TAGLIALATELA. TEXTO: EDUARDO INFANTE
El interiorista Rodrigo Izquierdo ha mezclado en su refugio de verano los códigos de la casa mediterránea con un resultado tan brillante como racional. Partiendo de su misma ubicación, en el corazón de un bosque de pinos de la isla, aquí nada resulta previsible.
La primera vez que el interiorista Rodrigo Izquierdo visitó su casa en el centro de Ibiza, que había adquirido a distancia auxiliado por amigos de la isla en plena pandemia, lo que más le llamó la atención fue su ubicación. “Al estar inmersa en un pinar, no era la típica vi-vienda con buganvillas y en la que da directa-mente el sol. Me sorprendió porque aquí no estás acostumbrado a estar en medio de un bosque y rodeado de pinos de más de doce metros”, recuerda. Izquierdo y su pareja recurrieron al paisajista Flavio Pollano y éste decidió respetar la vegetación tal como era pero solo le sugirió una cosa: limpiar los árboles de ramas muertas. Lo que parecía ser el hándicap más grande de la propiedad, acabó siendo lo más especial. “Ahora la luz entra en diagonal filtrada por las ramas y ves luces y sombras que se van moviendo a lo largo del día. Casi no lo puedo ni describir, hay que vivirlo. Es mágico, bello”, señala.
En cuanto a la construcción, un edificio “humilde pero auténtico” de los años 80 y compuesto por dos volúmenes, Izquierdo se dedicó a reordenar todo su interior, reduciendo pasillos y unificando espacios en sus 90 metros cuadrados, hasta contar con una zona de vida que integra salón, comedor y cocina a diferentes alturas y tres dormitorios con sus respec-tivos baños. Esa sencillez la fue supliendo con unos cuidados revestimientos tan efectivos como since-ros: un pavimento de baldosa Pietra Compattata ro-jiza que se asemeja a los suelos de una típica masía payesa, acabados tipo estuco a la cal en las paredes, sofás integrados de obra… Aunque en techos y muros reina un impoluto blanco, aportó toques de color (y ecos casi sesenteros) con un revestimiento de madera roja que parte del hall, oculta los armarios de la coci-na y reviste la puerta del dormitorio principal, y con los azulejos terracota que toman la zona de entrada y el baño. Además, por toda la vivienda sorprenden originales tapizados, textiles o piezas decorativas y de mobiliario procedentes de muchos de sus viajes traídos directamente de su apartamento de Milán. A pesar de no guardar aparente relación, todo encaja mágicamente. “Una vez que estás dentro, no sabes si estás en Ibiza, en la Costa Brava o en la Costa Azul. Todo es mediterráneo y neutro porque sencillamente es lo que pedía la casa”, concluye.
RACIONALIDAD ESTÉTICA
“Yo soy muy racional con los proyectos y aquí también ha sido así ”, explica sobre su casa en Ibiza el interiorista Rodrigo Izquierdo, natural de Barcelona pero afincado con su propio estudio en Milán. Así, en el interior de esta vivienda, rediseñada junto a su pareja, se decantó por la sencillez y lo funcional. En el jardín siguió la misma premisa: mantuvieron olivos, yucas o pinos y añadieron plantas mediterráneas que no precisan riego.
“Es una casa racional en medio del campo que aprovecha sus recursos. Porque la mejor solución siempre es ser lo más coherente posible con lo que hay”.
“LA SENCILLEZ DE LA CONSTRUCCIÓN NOS HIZO BUSCAR LA FUNCIONALIDAD Y RACIONALIDAD”
El interiorista se encargó de redistribuir los espacios exteriores de la casa “ya que no estaba del todo bien orientada” y miraba hacia al norte, una anomalía en la isla. Ahora, se dirige hacia el oeste, gracias al gran porche desde el que se ve el atardecer. En la pared exterior sur, ha colocado un tapiz de la artista Bea Martínez, bancos de madera recuperada y macetas de barro. En la otra página, en el comedor outdoor, mesa de madera, de Vivamadera; sillas menorquinas, de Anglada; bowl de cerámica raku adquirida en Mykonos; centro de mesa hecho de una antigua bajante pluvial y jarra azul comprada en la isla.
SOBRE UN LIENZO EN BLANCO, IZQUIERDO HA IDO APLICANDO PIEZAS LLENAS DE COLOR Y TEXTURA
Para unificar espacios, Izquierdo añadió un revestimiento en madera tanganica frisé que viste paredes, desde el hall a la cocina, donde oculta los armarios. “Con ese color algo rojizo quisimos que fuera el nexo de unión en el proyecto y que aporte funcionalidad y atemporalidad”, cuenta.