Manera Magazine – Deciembre 2024

Este artículo sobre VPM se publicó en la revista Manera nº 10 de diciembre de 2024

El proyecto fue realizado por Rodrigo Izquierdo Diseño Estudio

 

Milán es de esas ciudades que tiene todo lo que busca un amante de lo ecléctico: es moderna pero también industrial; es señorial pero también brutalista; es sofisticada y lujosa pero también juvenil y, a la vez, ofrece puntos de color y momentos divertidos. No por nada se ha ganado el título de la meca del diseño. Seguramente, muchos de nosotros nos hemos preguntado cómo sería vivir en una metrópolis como esta. ¿Las casas de Milán son tan interesantes como la propia ciudad que las alberga? La respuesta la tiene el interiorista español Rodrigo Izquierdo, quien transformó y decoró un típico piso milanés ubicado en la zona de Porta Venezia, en una vivienda cómoda, moderna y funcional, sin perder, claro está, su aura clásica original.

La joven pareja propietaria deseaba una casa que reflejase sus personalidades y su manera de ver la vida. No le tenían miedo al color y no les importaba arriesgar. Ante este escenario, Rodrigo rediseñó la zona del living para convertirla en un open space que albergara el salón, la televisión y la cocina. También eliminó el típico pasillo central de los pisos señoriales, esos que tienen habitaciones a los lados, para así darle más amplitud a la vivienda. “El mayor desafío fue crear un interior fluido, fresco y orgánico que no delatara que fue reformado. Me interesaba que se sintiera que siempre fue así. Lo logramos, por ejemplo, con las molduras de los techos que hicimos desde cero, pero que están inspiradas en las de la entrada del edificio que data de principios de XX”, recuerda Rodrigo, quien tardó medio año en finalizar esta encomienda.

Curiosamente, aunque la cocina está abierta al salón, puede pasar un poco desapercibida. Y es que esa era la finalidad del interiorista.

“Mi objetivo era integrar los espacios de modo que conviviesen en armonía y que no se notaran tanto las funciones para las cuales estaban destinados. No quería que cuando alguien se sentara en el sofá del salón a ver la televisión, ubicada en el módulo verde central con el comedor, tuviera que estar mirando de fondo la cocina”, puntualiza.

Para conseguirlo, Rodrigo colocó unos espejos en los altillos de los armarios para que dieran sensación de profundidad y para que reflejaran la vista. Entre los gabinetes de la cocina, además, se esconde detrás un baño de visitas, en tonos azulados, que da la impresión de ser un aseo de un restaurante o un hotel “porque descartamos los tradicionales tonos neutros o blancos de los baños domésticos”, recuerda.

Tanto el hall como el salón, el dormitorio principal en suite y el estudio cuentan con un parquet muy sencillo pero elegante, y están amueblados con piezas de diseño, obras de arte, alfombras y objetos coloridos que le aportan mucha versatilidad a la casa. “Yo le llamo el equilibrio cósmico”, finaliza.

«El desafío fue diseñar un interior fresco y orgánico que pareciera que no fue reformado».

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